Archivos Mensuales: julio 2012

Les corre en las venas

La esencia de Brasil no pasa por la seleçao de Dunga. Ronaldinho, Ronaldo y Kaká podrán ser futbolistas de ensueño y ser parte del podio para millones de aficionados, pero el rostro original de la Canarinha es fiel a una sola cosa que pasa por la espontaneidad, la libertad y la obsesión por dar iniciativa. Ellos no compartieron eso.

En su primer partido de los JJOO, Brasil sub-23 mostró la cara por la que miles de brasileños veteranos extrañan. La promesa es delatar en un estudio qué posibilidades tiene Brasil de cara al 2014, y es por eso que noté importantísimo echar ojo a la competición en Londres, y más a quienes acompañan dicha aventura.

Contra Egipto se vio su situación actual. La que viven futbolísticamente. El equipo africano condicionó a Brasil como cualquier rival puede hacerlo, pero dentro de las facilidades que concedieron, Mano dio la espalda y ordenó echar más cemento.

Que me digan que Brasil está preparado y es mejor de la mano de contragolpes sería el colmo. Pasar 70 minutos de todo el encuentro viendo que mejor van de salidas desde atrás, hasta en cualquier tramo ver a Neymar esperando la señal de robo, es para estar seguro que la CBF sigue apostando por proyectos que no son lo suyo. Si pruebas, hay.

Brasil se distinguió por ser efectivo en sus tres caminos de salida. Egipto en primera instancia hizo saber que había tendido la trampa en la espalda de su línea 3 mediocampista, pero con el correr de los minutos fui comprobando que esto no fue más que un error. El 4-4-2 romboidal de Egipto buscaba anticipar a la altura de Rómulo y Sandro. Ante ello, aprovecharon para golpear por los carriles derecho y central.

La línea de 3 buscaba anticipar en primera instancia, pero Brasil trabajó su espalda, y terminó ganando tras generar vértigo.

Por el sector de Rafael existió amplia superioridad. Ante el objetivo rival, Rómulo fue una pieza clave. Al inicio -al estar solo activado el sector derecho- era el que dirigía y jalaba a la volante mansa de Egipto. Jalar marcas ya era sencillo. Lo demás fue cuestión de Rafael, que activara una línea de pase y dirigiera la mirada hacia el centro. Ahí se ubicaba un receptor, que no se veía para nada afectado si la línea media se ubicaba lejos por tal movimiento de querer anticipar.

Rómulo en acción, sin balón. Hulk llega al área con una individualidad muy particular.

Rómulo entendió a la perfección, pero con la ayuda de Sandro y Neymar juntaron todo el eje vertical egipcio y lo terminó destruyendo con pase hacia la derecha, donde existía superioridad de Rafael con Óscar, que vale recordar, cumplió un rol exquisito en cuanto a las transiciones ofensivas.

Rafael y Óscar crean superioridad después del pase de Rómulo.

Y la ecuación se fue presentando una y otra vez. Menezes dentro de la exigencia por resolver probó recursos. Uno de ellos fue Neymar, que con la línea media replegada, igual zafó de ella para así asociarse con el jugador entre líneas, o también con la proyección del lateral -aunque eso quedó nula ya que Rafael no es Dani Alves, o Marcelo por banda izquierda-.

Ganar 3/4 de campo por el carril central fue otro casi pan comido. Óscar disfrutó detrás del balón. Así lo generó un movimiento de él tras inmediación de Rómulo y Sandro al estirar. Las líneas de pase sumaron en exceso cuando quedaba frente al inseguro volante.

Neymar, Hulk y Marcelo proyectado, se ofrecen.

Hay que puntualizar que Óscar fue exquisito hasta cierto punto. El exterior del pie es lo que más valió para coronarse en una noche nada complicada por naturaleza. Egipto permitió juego de posición a Brasil. Hay que decirlo, pero eso no significó un plano sencillo. La horizontalidad de los gauchos es meritoria. Así llegaron a portería rival con ocasiones más que cantadas.

Y por la inusual pero prodigiosa banda izquierda quedaba explotar a Marcelo y Neymar –que gozaba de total libertad pero que su origen lo llamaba siempre-. Los dos combinando amenazaban con trazar diagonales endiabladas por la carrera, y la situación que sufría el sistema egipcio con Neymar era alterarse ya que tenía que ocuparse tres jugadores de obstaculizar el dentro-fuera que acostumbraba El Gallo, y tras salir a presionar, ocuparse de Marcelo, que hacía rendir completamente a los 5 quedados atrás y que consecuentemente partían al bloque.

Marcelo proyectado encuentra infinidad de receptores.

Hasta aquí Brasil demostró con sangre fría poder controlar el partido a través del juego de posición. Egipto es verdad que facilitó las cosas, pero Neymar a través de las rupturas, Marcelo y sus proyecciones, Óscar jugando exquisitamente tras balón, Rómulo actuando sin él como nadie, y Sandro teniendo la suficiente calidad para apoyar como pivote los intentos fallidos del mediocampo, era inquietante soportar esta imagen:

El gol de Neymar fue hermoso, pero aferrarse a él a distintas ocasiones futuras costaron dos goles. El 3-2 final decía muchas cosas. Por ejemplo, que Mano prefiere el contragolpe. Rechazar un camino por el cual salían altamente beneficiados para practicar el robo y salida rápida no es más que la consecución a tales proyectos pro-mundial 82′. Que Neymar y Óscar disfruten. Que Sandro y Rómulo lloren.

Será lo justo

El fútbol de los JJOO hace sobrepasar la curiosidad por saber quién es quién. España viaja a Londres con la generación que quizá veremos mundialista dentro de unos años. Otras selecciones prometen mostrar que existe ese camino marcado. Pero un alto se da en Brasil, donde Mano actúa a contrarreloj para mostrar al mundo del 2014, lo que quieren los brasileños de su Verdeamarelha.

En todo caso, esta competición suele ser el test a las aptitudes de Brasil. Neymar va como líder. Detrás suyo se asoman futbolistas con calidad, pero que colectivamente se duda mucho debido a su mal arraigamento con el juego posicional.

Dudas sobre los puestos hay pocos. También se presenta alguna que otra baja. Lo que está claro es que los Juegos será el sello que en un futuro, mostrará en la competición que ansían -por las malas- ganar. Sabemos que esto hace mal al futbolista, pero la ambición que es natural en su país, es inevitable a estas alturas.

«Decirle al jugador que hay que ganar, es mandarle una advertencia. Obligarlo. En efecto, surge la ansiedad, porque pierde la asimilación de objetivo, que es el estilo»

Por medio de este espacio describiré el transcurso de Brasil en los JJOO. Asomará más por comprobar qué estilo les depara, para ello, será exigente el desmenuzar las imágenes que transmita el conjunto. ¿Habrá buenas sensaciones en esta aventura?

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